2012-10-11

Suplicio a los Incrédulos

Me han señalado que no es consecuente que un anónimo, un encapuchado, reproche falta de transparencia.

Usar un seudónimo resta credibilidad, más aun uno enigmático y poco carismático.
Es común recibir correos intentando engañarnos para obtener nuestra clave bancaria y robar nuestros fondos. Los bancos nos alertan sobre las precauciones a tener, especialmente con lo verosímiles que resultan algunos de estos engaños.

También vemos con frecuencia a encapuchados atacando impunemente, difamando e injuriando.  Tendemos a no creer en sus afirmaciones, aunque en ocasiones pueden sembrar una duda razonable.
Es muy difícil que un anónimo reciba atención y alcance alguna credibilidad, salvo tal vez por el morbo. Y más baja aun es la probabilidad de visitar un link, del cual pudiera esperarse alguna amenaza para nuestro computador o teléfono.

Todos esos obstaculos, y otros, ha tenido la difusión de la información que he publicado.



Cuando una persona o institución es objeto de críticas anónimas, muchas veces considera innecesario referirse a ellas, pues la credibilidad de un anónimo es muy baja.  Sin embargo, si las declaraciones anónimas perduran en el tiempo, llega un punto en que resulta ineludible referirse a ellas o al menos desacreditarlas.

Algunos recordarán cuando el Ministro del Interior, Sr. Hinzpeter, exponiendo en la Cámara de Diputados, se refirió a información falsa en Internet que atribuía conductas impropias a alguna persona o institución. Poco después el dueño de la publicación la retiró, temiendo los problemas que podría acarrearle la fechoría.

A diferencia de esa publicación, este sitio no sólo ha mantenido, por años, la información publicada, sino que la ha incrementado.


A pesar de usar un seudónimo, he transcrito comunicaciones con Sernac y otras instituciones, a fin de dar mayor sustento a mis dichos, como también he hecho referencia a información publicada en medios masivos.


Hemos conocido episodios en que se ha suplantado en redes sociales a autoridades y otras personalidades, haciendo declaraciones muy apartadas de lo que el suplantado acostumbra decir. Y hemos visto como la policía ha logrado obtener la verdadera identidad del suplantador, obligándolo a enfrentar a la justicia.

Pero Sernac ni siquiera necesita solicitar a la policía pesquizar mi identidad, pues de las comunicaciones que he transcrito se desprende que Sernac ya la sabe.


La pregunta que le planteo entonces al lector es:

¿Por qué Sernac no ha desmentido las denuncias que he publicado?


La Transparencia del Sernac
Los Sabuesos del Sernac
Consulta Sernac Financiero
Reclamar NO es gratis (la "letra chica" del Sernac)
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Estadísticas Oficiales Sernac
Sernac al 100%
Sernac y El Silencio de los Inocentes
El DICOM de las Empresas
Los Guardaespaldas del Sernac
La Fábrica de Indignados
El Punto Ciego del Sernac


Continuación:  http://suplicioalcliente.blogspot.com/2012/10/comentarios-del-director.html

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