Suplicio ideológico

¿Le ha pasado alguna vez que alguien le avisa que, sin darse cuenta, usted ha perjudicado a quienes usted sólo quiere proteger?


Probablemente se sentiría apenado y avergonzado.  Tal vez no querría reconocerlo, y si quienes fueron perjudicados no saben que fue por error suyo, tal vez usted se podría ahorrar reconocerlo, recibir su reproche y pedirles disculpas. Aunque la persona que le avisó a usted sí sabe que fue un error suyo.

Sin embargo, es distinto si proteger a esos seres queridos no sólo era su deseo, sino su obligación legal.  Entonces usted no sólo cometió un error, sino que incumplió su obligación legal.



¿Y si eso le pasa a una institución de gobierno?

Además de sentirse apenado y avergonzado, habría defraudado las expectativas sembradas durante la campaña que lo llevó al poder.  Expectativas del voto duro y especialmente de los indecisos, que muchas veces deciden una elección.  Y entonces el reproche de los afectados se traduciría en baja de apoyo en las encuestas y votos perdidos para una próxima elección.

Una situación así suele ser aprovechada por la oposición, aquellos que no ganaron en la elección pasada, y que siguen muy atentamente los pasos del gobierno, vociferando todas las fallas e incumplimientos.  Sabemos con cuanta facilidad se ve la paja en el ojo ajeno.



Pero ¿y si esa falla no sólo se produjo durante el actual gobierno, sino que se arrastraba de gobiernos anteriores, cuando parte de la actual oposición estaba en el poder?  En tal caso quienes ocuparon el poder también se sentirían apenados y avergonzados.  Y también serían reticentes a reconocer el error, por las mismas razones que el actual gobierno.


¿Qué podría ocurrir entonces?  Pues lo que ocurrió con el Punto Ciego del Servicio Nacional del Consumidor, Sernac, es que:


- El gobierno de la Alianza se abstuvo (sorprendentemente) de alzar la voz en contra de la Concertación por este "error heredado del gobierno anterior". 


- Como la mayoría de los consumidores no estaban en antecedentes del punto ciego, la Alianza y la Concertación, con el importante apoyo de los poderes económicos, en particular los medios de comunicación, se apresuraron a bloquear la difusión de la investigación (publicada en septiembre de 2010) y en cambio "acomodaron el sitio del suceso" posicionando al Sernac lanzando ante la opinión pública (nacional e internacional) el Ranking de empresas que no responden reclamos al Sernac, señalando a las empresas como únicas responsables de que los reclamos no hubieran tenido respuesta.




- La Concertación se abstuvo (sorprendentemente) de hacer críticas a este "logro" anotado por el gobierno de la Alianza.

Alianza y Concertación mágicamente de acuerdo al instante.


- Las empresas en conocimiento del montaje también guardaron silencio, a diferencia de otras ocasiones en que han criticado duramente la acción del Sernac.  Claro, porque también eran responsables de no haber actualizado sus datos de contacto en los registros del Sernac.  Y las empresas que ignoraban el montaje se veían sorprendidas de una arremetida comunicacional del Sernac instándolas a responder los reclamos, a pesar de que la ley del consumidor no las obliga a ello, pero comprendiendo también lo perjudicial que era para su imagen figurar no respondiendo reclamos (aunque no todas comprenden esto).


- Otros sectores de oposición, no miembros de la Concertación, tal vez no supieron tomarle el peso a la situación, o tal vez consideraron que no les reportaba beneficios electorales a sus proyectos y por lo tanto no hicieron mayor mención del asunto. 


Importante destacar a los candidatos de las pasadas elecciones de noviembre 2013 que sí se pronunciaron al respecto, registrados en La Franja del Suplicio. 

Muchos se abstuvieron de responder, en particular se espera todavía respuesta del movimiento Revolución Democrática.




Ganó la Alianza, la Concertación y las empresas.  Y los consumidores, los electores, los ciudadanos, como marido engañado, creyendo que el Sernac era el mayor reflejo de efectividad y fidelidad.



Pero, más que todos los sectores políticos, han ganado los Guardaespaldas del Sernac, el poder económico, que entendió cuan importante era, para su propio beneficio (no el bien común), que el Sernac no sufriera una crisis de confianza como sí se permitió para otras instituciones (ONEMI, INE, SII).  Entendieron que más les convenía la imagen de un Sernac fuerte (sólo la imagen), de lo contrario los excesos de La Polar, las farmacias, los pollos... no serían considerados "casos aislados" por la opinión pública, sino indicios de un abuso generalizado. 


Si ya se habla del Sernac como "león sin dientes" (entre otras cosas porque no tiene facultad legal para obligar a las empresas a responder los reclamos), el mensaje que menos querían dar era el de "león cegatón".



Pero el Punto Ciego del Sernac no lo descubrió la Alianza ni la Concertación ni ningún sector político que pudiera haberse adjudicado el logro.  Y yo no estoy de acuerdo con el montaje conjunto de la Alianza, la Concertación y los medios, con el silencio cómplice de otros sectores.


El responsable del punto ciego es Sernac, no las empresas.  Y la misión del Sernac es defender los derechos de los consumidores.  Que Sernac oculte su error y lo haya presentado a los consumidores como un acierto es un engaño, una deslealtad, y por lo tanto va en contra de la misión que la ley del consumidor le asigna.



¿Cómo puede Sernac apuntar con dedo acusador a las empresas que, no necesariamente abusan, sino que también a veces por error pasan a llevar los derechos de los consumidores, si el mismo Sernac no reconoce sus propios errores y da las explicaciones que corresponde?



El Punto Ciego del Sernac lo publiqué el 05 de septiembre de 2010.  Si usted no estaba al tanto, y sólo conocía la versión del Ranking Sernac de empresas que menos responden reclamos, pregúntese por qué los medios de comunicación que usted consulta no informaron al respecto. Así es como se evidencia la presencia y el poder de los Guardaespaldas del Sernac.



Continuación:  http://suplicioalcliente.blogspot.com/2014/02/los-clones-del-sernac.html